El vídeo mató a la estrella de la radio, el móvil a todo lo demás

Decía una canción popular, hace algún tiempo ya, que el vídeo mató a la estrella de la radio. La radio, hasta esos momentos, había jugado un papel fundamental en la sociedad, papel que empezó a perder en cuanto llegó la televisión.

Detrás de la televisión vinieron los ordenadores y detrás de los ordenadores llegaron los móviles. Ese aparatito, que todos llevamos encima, se ha convertido en un auténtico “asesino” que ha acabado con todos sus predecesores. ¿Quién se sienta a ver la tele con la familia si cada uno puede ver lo que quiere en su móvil? ¿quién usa ya un walkman, discman, MP3 o similar si puede acceder a toda la música que quiera desde su móvil? ¿quién carga con un libro si puede leer en su móvil? ¿quién lee un periódico en papel pudiendo leer las noticias en el móvil? ¿quién usa un ordenador para acceder a la web si puede usar su móvil? Incluso ha matado a su antepasado ¿quién llama desde su fijo teniendo su móvil?… y así, hasta el infinito y más allá.

Es alucinante que un dispositivo tan pequeño ocupe tanto espacio y, sobre todo, que tenga tanto poder. El poder de cambiar nuestra manera de acceder a la información, a la cultura, pero, y ahí está lo realmente importante, el poder de cambiar nuestros hábitos, nuestra forma de relacionarnos, nuestra forma de pensar.

En fin, es lo que hay… días extraños, como diría Santi Camacho… solo espero que, antes o después, la “justicia poética” se imponga y otra cosa acabe con el móvil, aunque, visto lo visto, casi que mejor no (virgencita que me quede como estoy)… hasta entonces, disfrutemos de una gran canción.