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| (foto: https://www.lainformacion.com) |
Boris Johnson me cae especialmente mal. Para un europeista como yo, el máximo exponente del aislacionismo británico me enerva. Para colmo su estrategia inicial en la lucha contra el Covid-19 fue la del "contagio controlado", es decir, anteponemos la economía a las vidas de los británicos, no echamos el cierre a nada, seguimos haciendo una vida "normal" sabiendo que mucha gente se contagiará y morirá (el resto se inmunizará), y que el "English Channel" (Canal de la Mancha para el mundo civilizado) nos proteja como nos protegió de Napoleón o de Hitler. ... Solo le faltó decir que si se contagian unos pocos de pensionistas y se mueren mejor, eso que nos ahorramos en pensiones.
El caso es que el "bueno" de Boris (por cierto, ¿quién le pone a un político conservador británico un nombre tan ruso?), tan imprudente él, siguió haciendo vida "normal". Y lo normal es irse a visitar un hospital donde hay pacientes de coronavirus y ponerse a dar manos a diestro y siniestro. ¿Se puede ser más tonto? En fin. La cuestión es que al Sr. "Prime Minister" le pasó lo que le tenía que pasar, se contagió, y eso lo llevó a la UCI del hospital St Thomas de Londres.
Las últimas noticias que he leído es que el Sr. Johnson ya ha abandonado la UCI y se está recuperando, de lo cual me alegro ya que, como ser humano que es, no le deseo ningún mal. ¿Pero era necesaria tanta imprudencia, tanta "chulería"? ¿Era necesario exponer a todo un país? ¿Cuántos británicos morirán por el retraso en decidir el confinamiento? ¿Cuántos por el posible colapso de la sanidad pública británica?... Espero que haya aprendido la lección y que de ahora en adelante se lo piense dos veces antes de dar un apretón de manos.
Saber más:
El precio de un apretón de manos
Reviewed by jomolo112
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abril 11, 2020
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