Llegamos a la jornada final de nuestra escapada a tierras cacereñas. Hoy teníamos previsto visitar Guadalupe, donde oiríamos misa y comeríamos antes de volver a casa.
Salimos de Cáceres sobre las 10:30 con dirección a Guadalupe. Autovía A-58 hasta Trujillo y partir de allí carretera convencional EX-102 en muy buen estado.
* Parada obligada en Trujillo para desayunar. Bar-Restaurante Sandro, una mala elección. desayuno escaso, mantequilla dura que no terminaba de fundirse y caro, muy caro.
Llegamos a Guadalupe justo para la misa que se celebraba en el Santuario a las 12:30. Impresionante entorno natural, tanto como lo es la portada de la Basílica. El interior no lo es tanto. A excepción del retablo es bastante sobrio. Me llamó mucho la atención el cuadro con la escena de indios siendo bautizados que cubre la pared de uno de los fondos. Despertaron mi curiosidad, pero todavía no sé nada más de ese cuadro.
La misa se celebró con música de órgano, lo cual siempre le da una solemnidad extra a la celebración, algo muy de agradecer. Cuando finalizó el organista "se vino arriba" y empezó a tocar de forma atronadora, tanto que casi hacia daños en los oídos. Si lo que pretendía era desalojar al iglesia puedo asegurar que lo consiguió.
* Nos quedamos sin visitar el Monasterio ya que, tras la misa, estaba cerrado y no lo volvían a abrir hasta las 15:30. Teniendo en cuenta que debíamos volver a Sevilla decidimos no entrar. Nos quedamos con las ganas, así que habrá que volver 😊
Finalizada la misa nos dimos una vuelta por la Plaza de Santa María de Guadalupe que está llena de tiendas y restaurantes en los que puedes comer a la carta o menús diarios a muy buen precio. El menú tenía muy buena pinta, aunque optamos por tapas y medias raciones (yo tenía que conducir y no quería arriesgarme a tener una digestión pesada). Al final cumplí mi propósito y elegí algo ligerito para el camino, media ración de migas extremeñas y una tapa de morcilla.
* En Guadalupe descubrí a un niño con un balón de baloncesto. Como no, intenté entablar conversación con él, pero no hubo manera. El niño tenía su propia canasta en la pared justo al lado de la tienda de sus padres, pero nada, me quedé con las ganas de enseñarle mis habilidades.
Me quedé con ganas de más en Guadalupe, pero el tiempo manda, así que después de comer pusimos rumbo a casa. Para ir de Guadalupe a Sevilla debe tomarse la misma carretera que a la llegada hasta un poco antes de Trujillo, donde se conecta con la E-5, autovía que va hacia Mérida y de allí directa a Sevilla siguiendo, más o menos, el trazado de la antigua calzada romana conocida como la Vía de la Plata.
Nueva parada técnica, esta vez en Mérida. Tomamos un café en una parada de bus que hay junto al Puente Romano. el sitio era "cutrecillo", lleno de la "fauna" típica de esos lugares (la chica un tanto "ligerita de cascos" que le tira los tejos a un señor de mediana edad que despacha un gin tonic). Lo mejor del sitio es su situación, al lado del río, justo al pie del Puente Romano y la entrada a la Alcazaba Musulmana.
* Mérida tiene una "pinta" realmente interesante, otra ciudad que pasa a engrosar mi lista de lugares a visitar más pronto que tarde.
Muy contento por la elección de Cáceres como destino de nuestra primera escapada, un lugar lleno de encanto, con personas muy amables. ¡Hay que volver!
* Me comprometo a seguir conociendo mi país, especialmente Extremadura y Andalucía, dos comunidades autónomas llenas de lugares increíbles realmente cercanos. Muchas veces nos empeñamos en hacer grandes viajes cuando a dos horas de casa tenemos lugares interesantes.
Pues con esto y un bizcocho se acabó nuestra escapada. Ahora tocaba volver a la cruda realidad donde nuestros cuatro "angelitos" nos esperaban con los brazos abiertos.
Saber más:
Salimos de Cáceres sobre las 10:30 con dirección a Guadalupe. Autovía A-58 hasta Trujillo y partir de allí carretera convencional EX-102 en muy buen estado.
* Parada obligada en Trujillo para desayunar. Bar-Restaurante Sandro, una mala elección. desayuno escaso, mantequilla dura que no terminaba de fundirse y caro, muy caro.
Llegamos a Guadalupe justo para la misa que se celebraba en el Santuario a las 12:30. Impresionante entorno natural, tanto como lo es la portada de la Basílica. El interior no lo es tanto. A excepción del retablo es bastante sobrio. Me llamó mucho la atención el cuadro con la escena de indios siendo bautizados que cubre la pared de uno de los fondos. Despertaron mi curiosidad, pero todavía no sé nada más de ese cuadro.
La misa se celebró con música de órgano, lo cual siempre le da una solemnidad extra a la celebración, algo muy de agradecer. Cuando finalizó el organista "se vino arriba" y empezó a tocar de forma atronadora, tanto que casi hacia daños en los oídos. Si lo que pretendía era desalojar al iglesia puedo asegurar que lo consiguió.
* Nos quedamos sin visitar el Monasterio ya que, tras la misa, estaba cerrado y no lo volvían a abrir hasta las 15:30. Teniendo en cuenta que debíamos volver a Sevilla decidimos no entrar. Nos quedamos con las ganas, así que habrá que volver 😊
Finalizada la misa nos dimos una vuelta por la Plaza de Santa María de Guadalupe que está llena de tiendas y restaurantes en los que puedes comer a la carta o menús diarios a muy buen precio. El menú tenía muy buena pinta, aunque optamos por tapas y medias raciones (yo tenía que conducir y no quería arriesgarme a tener una digestión pesada). Al final cumplí mi propósito y elegí algo ligerito para el camino, media ración de migas extremeñas y una tapa de morcilla.
* En Guadalupe descubrí a un niño con un balón de baloncesto. Como no, intenté entablar conversación con él, pero no hubo manera. El niño tenía su propia canasta en la pared justo al lado de la tienda de sus padres, pero nada, me quedé con las ganas de enseñarle mis habilidades.
Me quedé con ganas de más en Guadalupe, pero el tiempo manda, así que después de comer pusimos rumbo a casa. Para ir de Guadalupe a Sevilla debe tomarse la misma carretera que a la llegada hasta un poco antes de Trujillo, donde se conecta con la E-5, autovía que va hacia Mérida y de allí directa a Sevilla siguiendo, más o menos, el trazado de la antigua calzada romana conocida como la Vía de la Plata.
Nueva parada técnica, esta vez en Mérida. Tomamos un café en una parada de bus que hay junto al Puente Romano. el sitio era "cutrecillo", lleno de la "fauna" típica de esos lugares (la chica un tanto "ligerita de cascos" que le tira los tejos a un señor de mediana edad que despacha un gin tonic). Lo mejor del sitio es su situación, al lado del río, justo al pie del Puente Romano y la entrada a la Alcazaba Musulmana.
* Mérida tiene una "pinta" realmente interesante, otra ciudad que pasa a engrosar mi lista de lugares a visitar más pronto que tarde.
Muy contento por la elección de Cáceres como destino de nuestra primera escapada, un lugar lleno de encanto, con personas muy amables. ¡Hay que volver!
* Me comprometo a seguir conociendo mi país, especialmente Extremadura y Andalucía, dos comunidades autónomas llenas de lugares increíbles realmente cercanos. Muchas veces nos empeñamos en hacer grandes viajes cuando a dos horas de casa tenemos lugares interesantes.
Pues con esto y un bizcocho se acabó nuestra escapada. Ahora tocaba volver a la cruda realidad donde nuestros cuatro "angelitos" nos esperaban con los brazos abiertos.
Saber más:
Escapada a Cáceres - Día 3 (Domingo 26 de mayo de 2019)
Reviewed by jomolo112
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noviembre 07, 2019
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noviembre 07, 2019
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Ligera de cascos?? Nunca me gustó esa expresión...
ResponderEliminares un eufemismo como otro cualquiera...
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