Escapada a Cáceres - Día 2 (Sábado 25 de mayo de 2019).

Nos levantamos con calma, algo que ya me esperaba (viajando con Alejandra nunca hay prisas). Tras dejas el coche en el mismo sitio del dia anterior (Paseo de Canovas), nos vamos al centro. Desayunamos en Chocolat´s (Gran Vía S/N). Local pequeñito, con una decoración muy chula. Espectacular la tostada y el croasant de Alejandra. Buen precio. 


No está mal para empezar el día ¿no?

Tras "reconciliarnos con la vida" comenzamos la jornada con una visita guiada al casco antiguo de Cáceres. Por 6€ una guía oficial te enseña los puntos más importantes de la ciudad. La visita dura noventa minutos  aproximademente y vale la pena, más que nada porque te introduce en la  ciudad de manera que luego ya sabes lo que quieres ver. Para finalizar te llevan a una tienda de comestibles en la degustas productos típicos cacereños. Buenísimo todo, el vino de pitarra, la morcilla de patata y el queso con pimentón.

Destacaría de esta visita dos cosas. Ambas están debajo de la Iglesia de San Javier y son el algibe y el Centro de Interpretación de la Semana Santa Caceraña, el primero por lo curioso que es ver como recogían y aprovechaban el agua de lluvia(en la Edad Media,por mucho que tengamos la imagen de atraso, no eran tontos y sabían aprovechar los resursos) y el segundo por lo "siniestro" que resultan las reproducciones de los atuendos de las diferentes cofradías. En la semioscuridad reinante en el lugar "dan mucho miedito".


¿A qué dan "miedito"?

* Es una "mentirijilla" que la visita guiada incluya entrada gratuita a determinados monumentos. En los que entras no hay que pagar, vayas o no con la visita guiada.
* Recuerda guardar el ticket de la guía. Si lo presentas te hacen un 10% de descuento en la tienda.

Finalizada la "visita introductoria" volvimos a la Iglesia Concatedral. 4€ de entrada que incluyen una guía audiodescrita. La iglesia ee bonita, aunque para alguien acostumbrado a un gótico más grande y luminoso, se me hizo pequeña y oscura. Lo mejor, la vistas desde el campanario.

Tras la Iglesia Concatedral tocaba almuerzo, así que buscamos la siguiente recomendación de Trip Advisor, Anca Rosi. Cuando llegamos estaba lleno, y sin posibilidad de mesa. El camarero, muy amable, no nos garantizaba el tiempo de espera, así que nos marchamos. Una pena porque tenía muy buena pinta.

Acabamos en un café-bar de barrio, lleno de gente ruidosa, parroquianos de toda la vida. La comida buena pero lentos en el servicio.

Volvemos a la Plaza Mayor a esperar la hora de entran en la muralla. Nos comemos un helado sentados en un banco lo que, unido a la agradable temperatura que tenemos, hace muy agradable la espera. Llegada la hora, nos vamos a la muralla (2,5€ la entrada) donde pasamos un buen rato haciendo el "payaso" en el camino de ronda, por cierto, bastante estrecho y bajo (se ve que los soldados de antes no eran más bien "chaparritos"). Hubo un momento en que me sentí muy incómodo. Nunca he tenido vértigo, pero en la Torre del Bujaco no me he sentido cómodo, estaba un poco mareado incluso. Aún así, la visita ha valido la pena.



La Plaza Mayor desde la Torre del Bujaco

* antes de entrar pase un ratito muy agradable hablando de historia con el vendedor de entradas, un gran conocedor de la historia de su ciudad que me hizo un resumen de la misma en cinco minutos. Supongo que no todo el que le compra una entrada le hace preguntas, así que el señor se extendió bien... Y yo que lo agradecí.

Tras todo el día dando vueltas por uan ciudad de 1km cuadrado aproximadamente (nunca pensé que se podría andar tanto en un sitio tan pequeño) volvimos al hotel. Ducha y coche, nos vamos a cenar a Trujillo. Media hora, todo autovía (A-58) en muy buenas condiciones. Paisaje un tanto desolador, llano hasta donde se pierde la vista. Allá a los lejos la Sierra de Béjar, Salamanca, Castilla asomándose a Extremadura.

* (siempre me he preguntado cual es el orígen del topónimo de esta región. Una chica pacense me dijo que era porque su tierra es extremadamente dura, hace mucho frio en invierno y mucho calor en verano, pero me da que no van por ahí los tiros).

Trujillo bien merece una visita. La Plaza es fantástica, amplia, a dos niveles, llena de bares que le dan mucha vida y con la estatua de Hernán Cortés justo delante de la Iglesia de San Martín. ¡Alucinante!.


A los pies de Don Hernán


* por muy denostada que esté por los defensores de lo politícamente correcto, tengo que decir que Hernán Cortés fue uno de mis héroes de juventud, así que encontrame allí con su estatua fue muy especial para mí.

* llegamos justo cuando un camión con jugadores del equipo de fútbol local celebraba algo con su afición. Los equipos del 1ª División tienen autobuses descubiertos y ellos camiones, así que a celebrar lo que sea con baño en la fuente de la Plaza incluído. ¡El que se aburre es porque quiere!

* los cacereños son gente amable, presta a ayudar y a echarse unas palabras con el visitante. Da gusto. Una de las mejores cosas de esta escapada.

Cenamos en un restaurante de la parte superior de la Ciudad, especializado en carnes (Restaurante Alberca- C/ Cambrones nº 8). Como siempre, comida y servicio estupendo, y a un precio muy asequible. Me  recomendaron el churrasco a la brasa, pero ¿quién se zampa un kilo de carne para cenar?


Bacalao para cenar

Tras la cena volvimos al "campamento base" en Cáceres, a descansar tras este intenso día. Al día siguiente nos quedaba una última visita y unos cuantos de kilómetros hasta casa.
Escapada a Cáceres - Día 2 (Sábado 25 de mayo de 2019). Escapada a Cáceres - Día 2 (Sábado 25 de mayo de 2019). Reviewed by jomolo112 on noviembre 07, 2019 Rating: 5

No hay comentarios:

Con la tecnología de Blogger.