Paseos de dos en dos

La hora de ejercicio que el gobierno nos concedió en la Fase 0 tuvo para mí consecuencias muy positivas. Además de los beneficios físicos y psicológicos, el poder salir acompañado de otra persona hizo que pasara más tiempo con mi hijo mayor, un niño que poco a poco deja de serlo.

Esos paseos, que desgraciadamente no fueron tantos como me hubieran gustado, me ayudaron  a descubrir a la persona que hay dentro de ese cuerpo creciente. Hablar con él me hizo darme cuenta de lo difícil que es la transición, de lo complicado que es ser un adolescente, y más en una sociedad como la nuestra, que va tan rápida, una sociedad que nos obliga a tenerlo todo, a probarlo todo, a vivirlo todo, cuanto antes, y que tiene unos modelos que no son precisamente virtuosos.

Los paseos con mi hijo han sido una de las pocas cosas buenas que me ha traído el bicho. Ojalá los hayamos convertido en una buena costumbre.