La extraña sensación

Al comienzo de la segunda oleada volví a sentir esa extraña sensación que tan común se me hizo durante la primera. Fue una noche al volver a casa tras un turno de tarde. Dejé el coche en un aparcamiento público algo alejado de mi piso. Mientras caminaba me asaltó un sentimiento que no había tenido desde el final de la "primera oleada". Saberme solo a pesar de estar rodeado de personas, de ver sus luces en sus casas, de saber que todos estaban dentro, es, cuanto menos, desolador, inquietante, extraño.

Como "regalo navideño" nuestros "amados líderes" han suavizado las medidas restrictivas, así que hemos vuelto a las calles. Sin embargo, la extraña sensación que me producen las calles vacías no ha desaparecido, sigue ahí aunque la causa ha cambiado. Ahora me la produce no ver las calles sin gente, sino todo lo contrario, verlas llenas. ¿Qué va a ser de nosotros cuando pasen las fiestas navideñas?

(Foto: ABC Sevilla - 05/12/2020)

¿Volveremos al confinamiento "duro"? ¿Volveremos a casi colapsar nuestro sistema sanitario? ¿Qué pasará con nuestros empleos, con nuestra economía? Me temo que la extraña sensación, por una u otra causa, ha venido para quedarse.